Oleaje

 

Y ahí estás, parado, estable, con los pies firmes en la arena mirando hacia el mar...

Un mar calmo, con olas suaves que se empiezan a agitar, a mover, nada las detiene, se elevan, son fuertes, salvajes, duras, rompen con lo que haya en su camino y van como en un destino trazado a acariciar la orilla, ¿será que necesitan estar más cerca de la arena?

O tal vez solo quieran mostrar que no son solo fuertes y bravas, que también pueden ser blandas, cálidas cuando llegan a la orilla... Para luego volver hacia atrás, para ir y venir dejando una espuma blanca, una clara señal de que allí estuvieron.

"Las olas son como cada uno de nosotros,  nos mostramos de una manera y también de otra, tenemos un lado fuerte y un lado blando, oscuro y luminoso, furioso y calmo. Estamos continuamente en un ir y venir, en un estar siendo y en un yendo. Y en ese fluir que tenemos vamos dejando nuestra impronta, nuestra esencia, nuestra señal, nuestra huella en los corazones de quienes saben escucharlos".




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