Te vi
En esa terraza te vi esa noche de diciembre, la luna estaba redonda, esa redondez se reflejaba en tus pupilas y hacía que tus ojos brillaran. No sé si éramos miles o cinco, si te diste cuenta de que te miré o si es que el viento era tan fuerte como para que me cambiaras el lugar. Sólo sé que te vi cuando entraste y que tuve ganas de hablarte. Sólo me importa recordar que estabas puesto en el mismo espacio de tiempo y lugar que el mío… Si fue obra de la casualidad, de la estrategia o de la causalidad no lo sé, porque de alguna manera creo que esa noche nos lo tenía todo preparado para que nos cruzáramos, para que se cruzaran nuestras miradas. Aquella noche las palabras flotaban en el aire como sostenidas por luciérnagas y giraban alrededor nuestro, desenfrenadas y calmas a la vez, iban y venían con distintos matices; se movían con el viento, algunas volaban y se iban lejos, otras seguían cerca de nosotros. Cuando llegó el amanecer, las luciérnagas se apagaron y las palabras ...