DESENCANTO DE NO-DAS-AMOR

 

Te había escrito un relato, luego otro. Estuve trabajando en ellos para regalártelos… Tenía ganas de verte, de caminar por el costado del dique, de conversar, de que me detuvieras y me agarraras de la cintura para darme un beso. Tenía ganas de verte... Tantas fotos, el atardecer, las flores en el césped, el calendario, los relojes, el muelle, el agua, los cielos, las nubes, ¿para qué? ¿Solo para decirme que tu prioridad es tu cuerpo? ¿Así es como se hace literatura en la pasión? Hacer literatura en la cama no creo ni quiero que sea así, imagino que puede serlo de otra manera, tal vez sea una manera que en algún momento aprenderé. Tal vez solo sea poder escribirlo, qué va. A veces las cosas más sencillas son las más verdaderas.

Te había escrito acerca de las estrellas. Estuve durante la madrugada pensando en vos. Tenía ganas de enamorarme, podría haber sido posible, simple… Mi corazón ya no está más roto, ahora sabe lo que quiere. Tenía ganas de ir hasta tu muelle, de ver las mismas puestas de sol, de caminar por ese pasto lleno de monedas de oro… Tenía ganas de verte… Tenía tantas ganas de que me pasaras a buscar, de bajar y de que me dijeras palabras lindas que endulzaran mis oídos…

De pronto, el destino se interpuso y cambió los planes. Vos ya no tenías ganas de verme si no era para descargar tu hiel, para tener mi piel, mi cuerpo, no mi alma ni mi corazón. Y ese juego de entregarle mi cuerpo al diablo yo ya no lo juego más…

Otra vez la pausa, la detención, el hielo. De nuevo, otra vez...

Desencanto de tenerte, de conocerte, de mirarte, de verte. Desencanto de todo lo que decías que dabas, que tenías, desencanto de vos. Desencanto de tu no-das-amor.

 

                                                                                     “La vida no te dice nada,

                                                                                                   te enseña todo”.

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